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«Tenemos que atrevernos a soñar en grande»
Tras una larga, intensa y positiva experiencia en una asociación bananera peruana, habiendo cumplido todas las etapas y convencido de la necesidad de la renovación; Martín Cherres Colmenares asume su rol gerencial en NASAM gracias a una nueva propuesta que le permite cumplir sus sueños. Te lo presentamos.
Martín Cherres sabe lo que es nadar contra la corriente. Cuando todos sus compañeros de secundaria salían a divertirse, él tenía que quedarse junto a su abuelo y a su madre a estudiar y trabajar la tierra, su abuelo lo crió y su conducta intachable le hizo de ejemplo debido a la ausencia de su padre natural.
Martín fue elegido para este rol no solo por su reconocida seriedad y rectitud sino como persona que busca acercar a aquellos que tengan un sueño con hacer empresas, fundaciones u ONGs que ayuden a hacerlos realidad.
Lanzada en marzo del año pasado, NASAM ya cuenta con clientes que compran sus fertilizantes en 8 regiones del norte del Perú y está preparando su mudanza de su sede en Sullana, Piura; donde instalará almacén y oficinas para coordinar la concreción de más sueños.
Me apena cuando me encuentro con alguien que no puede ver que todo es posible y me alegro cuando en vez descubro personas como Martín capaces de compartir nuevos proyectos”.
Sonriente y seguro en sus convicciones Martín viaja por primera vez a Italia en Octubre del 2011. Con una serie intensa de Seminarios ilustra a una calificada platea de compradores italianos su mensaje que «lo ordinario puede transformarse en extraordinario», muchos apostarían que lo suyo es un viaje aislado sin prospectivas futuras, mas allá la de compartir la quincena del Comercio Justo & Social italiano. La propuesta de NASAM se puede resumir en: “queremos cambiar el concepto de la agricultura orgánica en el norte del Perú, un sueño a la vez”, revela.
De hecho mi principal trabajo adicionalmente al organizativo será el de sumar a NASAM personas e individuos junto a empresas, fundaciones y ONG que apuesten a este cambio a través del uso de nuestros fertilizantes a elevado titulo que importamos directamente desde Italia.
En medio de un clima hostil y con una escaza y deficiente cultura de fertilización metódica y continuada Martín apuesta a un nuevo modelo.
“Nosotros entendemos que se impone un cambio, diría casi obligado para el productor peruano. Hay que invertir en la tierra si queremos mantener su productividad. Algunos productores se colocan como víctimas diciendo: la fertilización no es algo accesible para mí.
En mi ADN hay un “tengo que poder” frente a cada dificultad que encuentro. Nuestro plan es crear para cada cultivo una base de fertilización adaptada a los terrenos y posibilidades locales en menos de cinco años. Son más de 10 cultivos, 8 Regiones y una superficie muy amplia para atender.