San Martin

fertilizando el progreso

NASAM - Importadores y distribuidores de insumos agrícolas italianos en Perú

De dónde proviene el nombre de la empresa Negocios Agrícolas San Martín?

La sede principal de la empresa se encuentra en Piura, Sullana, más precisamente en Mallaritos en el corazón del Sector San Martín. El nombre de la empresa nace entonces por la solicitud de ilustres vecinos que deseaban que este importante proyecto llevara el nombre de su zona.

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Nombre por cierto providencial y que sirve de ejemplo para quiénes integramos este proyecto de NASAM pues este ilustre militar y político argentino (1778-1850) fue no solo un gran general de ejército, si no a la vez un conductor de grandes proyectos. Alguien para quién la formación, la organización y la instrucción eran fundamentales. El general se hace; el conductor nace. El general es un técnico; el conductor es un artista. Generalmente, un conductor es un maestro. Su ejemplo adoctrina las sucesivas generaciones. La orientación sanmartiniana ha sido la más decisiva influencia de perfección y de grandeza en toda sudamerica.
La producción extraordinaria de su genio no fue más fecunda y arrolladora que la fuerza invencible de sus virtudes: por eso era un conductor.
Si era un estratega, era primero un hombre. Por eso puso al servicio de su causa la técnica de su profesión. Fue desde entonces el hombre y el conductor de una causa. Por eso era invencible.
Como no se concibe un hombre sin alma, no se concibe un conductor sin causa. La grandeza de San Martín fue precisamente la de haber sido el hombre de una causa: la independencia de la Patria. Y no solo de la propia. Él confiesa haber vivido sólo para esa causa.
La verdadera grandeza de los conductores estriba precisamente en que no viven para ellos, sino para los demás. Pareciera que la naturaleza, en su infinita sabiduría, al dotar a los hombres, carga extraordinariamente en la dosificación del egoísmo, pero evita cuidadosamente este ingrediente que contamina las almas de los grandes hombres. Por eso son grandes.
A menudo la historia no acierta a discernir la infinita variedad de matices que la creación de los grandes hombres ofrece a la contemplación del futuro.
El arte militar, como los demás, presupone creación, que es la suprema condición del arte. San Martín es un artista; por eso no pudo conformarse con andar por entre las cosas ya creadas por los otros. Se puso febrilmente a crear, y con esa creación revolucionó las ideas y los hechos, ante la incredulidad de los mediocres, ante el escepticismo de los incapaces, y bajo la crítica, la intriga y la calumnia de los malintencionados. Sobre todos ellos triunfó.
Nada hay más adverso al genio que el mediocre; sobre todo, el mediocre evolucionado e ilustrado. No podrá concebir jamás que otro realice lo que no es capaz de realizar; porque cada uno concibe dentro de su capacidad de realización, y los mediocres vuelan bajo y en bandada, como los gorriones, en tanto que los cóndores van solos.
Conducir es arte simple y todo de ejecución; por eso es difícil.

Como técnico, San Martín es también la maravilla de la época. Formó un ejército de la nada, con el concepto de “la Nación en armas”, que solo un siglo después fue mencionado por los estrategas más famosos. Con ese ejército, que fue fuerza y escuela, pasó las cordilleras más elevadas que tropa alguna haya cruzado.
Esa extraordinaria previsión, esa perfecta preparación y esa acabada realización sólo se presentan cuando los genios conducen. Fue un creador, jamás un imitador. Por eso lo vemos como maestro, como jefe, como artesano, como político, como gobernante, como estadista y como guerrero. Los hombres superiores, a menudo, sirven para dirigir todo eso. Después de ellos, venimos los hombres comunes, que, bien dirigidos, servimos para todo o no servimos para nada.
Como general, como conductor, como hombre y como ciudadano, San Martín es una sola cosa: lo que debe ser, según su propia sentencia.
En la vida y en el destino de las naciones, aparecen muy de tanto en tanto estos hombres extraordinarios que, con una época, fijan una gloria y establecen una tradición.

Algunas frases célebres de San Martín:Smartin

Si hay victoria en vencer al enemigo, la hay mayor cuando el hombre se vence a sí mismo.

Una derrota peleada vale más que una victoria casual.

Hace más ruido un sólo hombre gritando que cien mil que están callados.

El que se ahoga no repara en lo que se agarra.

Serás lo que debas ser o no serás nada.

El hombre bajo todo gobierno será el mismo, con las mismas pasiones y debilidades.

Los soldados de la patria no conocen el lujo, sino la gloria.

Mi mejor amigo es el que enmienda mis errores o reprueba mis desaciertos.

Mi sable nunca saldrá de la vaina por opiniones políticas.

Para los hombres de coraje, se han hecho las empresas.

Declaro no deber ni haber debido, jamás, nada a nadie.

Cuando la patria está en peligro, todo está permitido, excepto no defenderla.

No esperemos recompensas de nuestras fatigas y desvelos.

Mi juventud fue sacrificada al servicio de los europeos, mi edad mediana al de la paises del Sur, creo que me he ganado mi vejez.

Cuando hay libertad, todo lo demás sobra. Si somos libres, todo nos sobra. Seamos libres, lo demás no importa nada.